La piel de bebés y niños presenta ciertas particularidades que la hacen a la vez más frágil y más sensible. Por eso, necesita cuidados especiales para mantenerse sana y que se pueda adaptar a su medio ambiente.
Hay que distinguir cuáles son las necesidades de la piel de un lactante de hasta tres meses de edad, de un bebé de hasta tres años y de un niño de entre tres a 10 o 12 años, más o menos. En general, los productos de higiene y cuidado para adultos no deben usarse en la piel de bebés y lactantes.
¿Cuáles son las particularidades de una piel de bebé?
“Piel de bebé” es una frase común que se usa para referirse a una piel suave y aterciopelada, aunque ese no siempre sea el caso. A excepción de los casos de nacimientos prematuros, la piel de un bebé ya está totalmente formada cuando llega al mundo. Sin embargo, todavía es muy delicada y aún no cumple a cabalidad su función de barrera tan eficazmente como lo hace la de un adulto.
De hecho, algunas semanas después de nacer, la piel de los bebés deja de producir sebo y sus glándulas sebáceas no se reactivan sino hasta la adolescencia. Por lo tanto, la película hidrolipídica es muy delgada y es menos apta para proteger la piel, lo que implica:
· Resequedad que favorece la irritación.
· Una mayor permeabilidad de agentes infecciosos o alergénicos, lo que suele agravar la irritación.
Por otro lado, la superficie de la piel de un niño es de dos a tres veces mayor que en el caso de un adulto (por la relación superficie/peso más elevado), y precisamente por eso, un producto que se aplique sobre su piel penetra más fácilmente. Además, la absorción cutánea se favorece gracias al medio húmedo (la piel que está cubierta por pañales), la piel dañada (eritema glúteo) y los pliegues.
Es muy importante usar productos de higiene y cuidado eficaces y suaves, que tengan:
· Alta tolerancia y que sean específicos para las particularidades de la piel de los niños.
· Alta seguridad en cuanto a formulación y producción, porque deben estar adaptados para la piel de lactantes y bebés.
¿Cómo reconocer la piel seca o atópica en un bebé?
La piel de un bebé puede debilitarse por agresiones externas como el viento, el frío, el agua con cal o los sistemas de calefacción, y por eso mismo tiene una mayor tendencia a secarse y volverse más reactiva.
En el caso de la dermatitis atópica, la piel de tu bebé se sentirá seca y rugosa, a veces con placas rojas; el bebé tiene la piel tirante, le provoca picazón y no lo deja dormir. La dermatitis atópica es una dermatosis muy frecuente que se manifiesta desde el segundo o tercer mes de vida y que en la mayoría de los casos desaparece después de algunos años. Este tipo de piel padece una mayor permeabilidad de la capa córnea debido a una deficiencia de lípidos; la piel no cumple a cabalidad su función de barrera, no protege al organismo de los alergenos presentes en el medio ambiente, lo que favorece su penetración. La sensibilización a estos alergenos provoca una inflamación que se traduce por un eccema agravado, a menudo acompañado por picazón severa.
Si el niño se rasca, puede lesionar la piel y así aumentar la irritación cutánea: la piel, en consecuencia, se vuelve mucho más permeable a los alergenos y podría presentarse un cuadro de reacción inflamatoria aguda. La piel muy seca con tendencia atópica evoluciona en fases sucesivas de aumentos y remisiones.
Se han identificado tres grandes tipos de alergenos del medio ambiente, responsables por las reacciones inflamatorias agudas:
· Los aeroalergenos: ácaros, polen, pelos de gato o de perro, plumas…
· Alergenos de los alimentos.
· Alergenos de contacto: níquel, perfumes…
¿Las rozaduras en los glúteos son una fatalidad?
Los enrojecimientos en las pompis de los bebés, también llamados “eritema glúteo”, son un problema muy común que se presenta bajo ciertas circunstancias: frotamientos de los pañales, limpieza muy agresiva, diarrea o modificación de la dieta, aunque también podría detonarse a partir de cuadros infecciosos o el proceso de dentición.
La mayor parte de estos enrojecimientos corresponden a una dermatitis por irritación, detonada por el efecto oclusivo de los pañales y agravadas por el contacto con excrementos y orina; además, eventualmente puede haber infecciones por gérmenes.
Para prevenir los enrojecimientos, hay que eliminar la oclusión y la maceración ocasionada por los pañales. Hay algunas precauciones que deben ponerse en práctica:
· Cambie frecuentemente los pañales del bebé,
· Con cada cambio de pañal hay que llevar a cabo una limpieza, con un producto higiénico suave, sin jabón y que garantice seguridad y tolerancia (los productos demasiado agresivos alteran la barrera cutánea),
· Seque minuciosamente la piel del bebé, con suavidad, particularmente en las zonas donde se forman pliegues,
· En cada cambio, aplique una pasta de agua que tenga acción antibacteriana (y que garantice seguridad y tolerancia), para calmar, aislar y reconstruir la epidermis glútea del bebé, favoreciendo así la desaparición de las molestias.
· Si el enrojecimiento persiste, consulte a su médico.
¿A qué se deben las irritaciones alrededor de la boca?
Las irritaciones cutáneas alrededor de la boca se caracterizan por enrojecimientos, barritos y una piel seca y áspera. Estas irritaciones son consecuencia de la maceración de la saliva, debido al uso reiterado de un chupón, algún juguete o bien, durante el proceso de dentición.
La amilasa es una enzima presente en la saliva que agrava la irritación. Estas irritaciones alrededor de la boca pueden continuarse o empeorar debido a factores como el frío o el viento, y es por eso mismo que suelen recrudecerse en invierno.
¿Cómo proteger del sol la piel de los pequeños?
Los bebés jamás deben exponerse al sol. La piel de los niños pequeños necesita una protección específica muy alta, con las mejores condiciones de seguridad e higiene.
En Dermatología Tratamiento Avanzado, conocemos el padecimiento de tu hijo(a) y comprendemos tu angustia como madre o padre ante los problemas en su piel; para solucionarlos contamos con la más alta tecnología médica para el manejo óptimo de las alergias en la piel de tu bebé o infante, sus molestias, su tranquilidad y salud general.
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