La onicomicosis es una infección en las uñas, principalmente de los pies, causada en su mayoría por hongos dermatofitos. Es una patología contagiosa y muy frecuente en la población, sobre todo, en hombres de edad adulta.
La enfermedad de los hongos en las uñas es frecuente y comienza como una mancha blanca o amarilla debajo de la punta de una uña de un dedo de la mano o del pie. A medida que la infección fúngica se hace más profunda, el hongo puede causar decoloración y engrosamiento de la uña, así como deterioro en el borde de esta. Puede afectar varias uñas.
Si el hongo es doloroso y ya provocó engrosamiento en las uñas, hay medidas de cuidado personal y medicamentos que pueden ayudarte. No obstante, incluso si el tratamiento es exitoso, los hongos en las uñas generalmente regresan.
Los hongos en las uñas también se denominan «onicomicosis». Cuando el hongo infecta las áreas que están entre los dedos de los pies y la piel de estos, se llama «pie de atleta» (tiña del pie).
El medio de contagio idóneo para los hongos de las uñas es la humedad, que se incrementa por un exceso de sudoración o hiperhidrosis o un mal secado de pies, entre otros. Esta patología también puede contraerse tras frecuentar zonas deportivas como piscinas, vestuarios o duchas públicas. Por ello, es fundamental utilizar chanclas en estos espacios para evitarlo en la medida de lo posible.
La aparición de hongos no siempre tiene su origen en un contagio, es posible que el hongo se encuentre en la piel anteriormente, pero las condiciones de calor y temperatura, sobre todo en verano, generen su proliferación.
CAUSAS
Diversas causas que pueden aumentar el riesgo de contraer esta infección en las uñas.
- Verano. En épocas como el verano, el calor y la humedad son un caldo de cultivo perfecto para hongos y verrugas, ya que proliferan con humedad y calor en torno a los 30-32°C.
- Sudoración excesiva o hiperhidrosis. Los hongos en las uñas, como ya hemos comentado, se desarrollan en ambientes húmedos. Por ello, una sudoración excesiva puede aumentar su aparición.
- Haber sufrido “pie de atleta”. El pie de atleta es una infección por hongos en la piel y se puede extender a las uñas. Como curiosidad, indicar que se trata de una patología muy frecuente puesto que un tercio de la población la sufre.
- Edad. Las posibilidades de tener onicomicosis aumentan con el paso de los años, y muchas personas mayores se ven afectadas. Esto se debe a los problemas de circulación que padecen y al lento crecimiento de las uñas.
- Tener problemas de salud que deriven en un sistema inmunitario más débil. Si la persona padece una enfermedad que debilita el sistema inmunitario será más vulnerable a contraer la infección. La psoriasis o la diabetes son enfermedades que afectan a nuestro organismo, y por ello, hay que tener especial cuidado.
- Contagios en duchas, vestuarios o piscinas públicas. Ir descalzos en estos lugares facilitará esta infección por contagio. El uso de chancletas evitará un contacto directo.
SÍNTOMAS
- Variación del color. La uña puede variar de color desde blanquecina o amarillenta en un principio, hasta oscurecerse a medida que la micosis se va desarrollando.
- Engrosamiento. Puede sufrir un engrosamiento y, finalmente, producir incluso una destrucción total de la uña.
- Deformidad. La uña puede tener un tacto irregular, estar más frágil de lo normal e, incluso, descamada.
- Tienen un color oscuro, provocado por la acumulación de residuos debajo de la uña.
- Tienen un olor ligeramente desagradable.
Cabe destacar que muchas de las manchas o lesiones que aparecen en las uñas no tienen por qué ser hongos, ya que pueden ser lesiones causadas por microtraumatismos (como la onicolisis o el despegue de la uña) u otras patologías secundarias a enfermedades sistémicas como la psoriasis.
CONSEJOS
- Utilizar métodos de barrera, como el uso de chanclas, en zonas como duchas comunes, vestuarios, hoteles, piscinas o gimnasios.
- Usar productos específicos para tratar la sudoración (como por ejemplo los polvos).
- Llevar calcetines de materiales que transpiren como el algodón y cambiarlos diariamente.
- Lavar bien los pies y secar en profundidad, haciendo hincapié entre los dedos.
En el caso de que el hongo ya esté presente en nuestros pies, recomendamos:
- Lavarse las manos inmediatamente después de tocar la uña infectada.
- Mantener limpia la zona donde se encuentra el hongo.
- No utilizar esmaltes hasta que no desaparezca la patología.
- Desinfectar el corta uñas y lavar todos los productos que hayan estado en contacto con los pies (como las zapatillas, toallas, alfombras de baño, etc.).
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